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En la final del 96 en San Asensio la Rioja con Ismael Tragacete. |
Vaya
por delante que no es el tipo de competición de caza con la que me identifico
plenamente, soy de los que piensan que hay que cazar bien y cazar lo justo. En
este pensar estamos ya la mayoría, o por lo menos muchos de los cazadores del
siglo XXI.
Primero
comentaré que hace años ya me opuse a las modificaciones que efectuaron en el
reglamento, no entiendo como se quitó el reglamento la penalización por
abandono de pieza herida o abatida (¿que cazador estamos promocionando?), así
como se suprimió la bonificación por doblete en los disparos, ósea abatir dos
piezas en vuelo en un mismo lance, me repito en la pregunta ¿que cazador
estamos promocionando?.
Aparte
de estas y otras consideraciones que podríamos hacer de un reglamento que por
mucho que quieran adaptarse, siempre esta quedando obsoleto, porque el cazador
de estos tiempos no tiene nada que ver con el de hace 40 años, todos cazamos
menos cantidades, con cupos, con limitaciones y esto se debería ver en él, plasmado en la competición de caza que siempre
ha sido el estandarte de la
Real Federación Española de Caza.
Y
hablando de caza menor con perro, como competición. Todavía no se han dado
cuenta los directivos de algo muy importante, y ahí me toca de lleno porque yo
he sido juez de este tipo de campeonatos durante muchos años. La caza menor con
perro se esta PROFESIONALIZANDO, en cuanto a los concursantes me refiero, vemos
los casos com de Ismael Tragacete, Francisco Sierra, Rubén Fernández, etc. en
los que a través de sus sponsors ya son "algo más" que unos cazadores
que salen a competir por llevarse el entorchado nacional.
Esto
ha llevado a otro tipo de concursos de caza, muchos competidores son cazadores
con grandes aptitudes para el deporte, recordaré que la prueba son 6 horas de
andar, que muchos confunden con correr, en pos de cazar las piezas. Y los
jueces de campo que los acompañan son cazadores que van a pasar el fin de
semana viendo-participando en esta prueba.
Que
ocurre con esto, que el "profesional" preparado físicamente lo va a
dar todo y el juez de campo dará lo que podrá, y la segunda parte importante,
que como el juez de campo no es juez como tal, es un acompañante autorizado por
la Federación
de caza, muchas veces no va a juzgar la prueba, se dejará llevar y cuando
quiera hacerlo es posible que le surjan problemas. Para muestra las últimas
finales de España, no exentas de polémicas.
Como
digo algo debe cambiar, y podría ser, empezando por PROFESIONALIZAR a los
jueces de campo y así muchas problemas nos evitaríamos.
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Con Pepe Capella y Jose Vicente Garcia Monfort en el Mas d'ascla 2010 |
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