ELIGE TU LENGUA.

VERDE QUE TE QUIERO VERDE.

Utilizando el titulo del poema de Federico García Lorca, que luego canto Manzanita.  
Verde esta el campo, verde esta el monte, verde me gusta que sea verde.
El trigo en San Mateo, espigado.
Hemos entrado en la estación que por definición  es la época en que todo tiene mayor esplendor y hermosura y este año más que otros, así es.

Verde,  muy verde.
Me maravilla salir por el campo y ver como viene la primavera,   es una explosión de colores, mucho verde,  hay agua por casi todos los rincones y lo que estos meses atrás no eran mas que bancales con tierra, colores ocres, plantas marchitadas, ahora son como una llamada a la vida,  un renacer, las lluvias de estos días han sido muy bien acogidas por un campo deseoso de cambios y se ven parejas de perdices, los últimos días ya alguna ha desaparecido (están en sus nidos), montones de pequeños conejetes que corretean en barrancos y cerca de los cados donde han nacido, las torcaces arrullan desde los algarrobos y olivos con sus estructuras de nidos ya preparadas, los cernícalos se persiguen cuando consiguen una pequeña presa para su prole.  Los cantos de los mirlos, los ruiseñores que no paran ni con el sol en alto, no se, es un todo, es una alegría para el cuerpo.

En el prat de Peñiscola, hace unos dias cenizas, ahora explendor de primavera.
Espero que esta maravillosa primavera se siga comportando bien, que no venga tronadas a destiempo, y que todos los animales salgan adelante y estén preparados para el duro verano que espera,  sin prisa, porque sabe que ya tendrá su tiempo.

Disfrutemos del verde, disfrutemos de la primavera.

Verde que te quiero verde.

ME SIENTO ORGULLOSO DE SER AFICIONADO A LOS TOROS.

Esta frase no es mía, la acuñó la tarde del sábado el maestro Emilio Muñoz.
Será una tarde difícil de olvidar, supongo que imposible, lo que vivimos en la corrida de Feria de  Sevilla  desde la Real Maestranza.
Tenía la idea de ir a Cálig a ver un desafio de vacas entre dos ganaderos  valencianos, pero la afición al percal y la franela me pueden más que los barrotes.
Sólo puedo dar las gracias, gracias por tener una televisión enorme y ver las imagenes en HD, gracias (aunque hay que pagar por ello) por tener una retransmisión de corrida como las que viene efectuando Canal +, y GRACIAS como no a poder disfrutar de una gran tarde de toros.
El cartel parecía predestinado a ser una tarde de triunfo, toros de Nuñez del Cuvillo, por los que tengo una especial predilección, y tres matadores, Julio Aparicio que tiene su magia, Morante que me tiene cautivado y Manzanares, que hasta hoy lo tenía como un buen torero hijo de un mítico matador.
Comenzó la tarde como debe ser con un gran toro, unos recibos por verónicas de Aparcio y un Buen Tercio de Quites, de los que por desgracia no se vienen prodigando mucho.  Las crónicas, cientos de ellas ya darán la reseña de lo que fue esta tarde, pero yo no voy por comentarios de lo que fueron las faenas a los Cuvillos.
Voy a lo que desde  924 kilómetros de distancia sentí: Vi en el albero de la Maestranza  lo que todos los aficionados taurinos esperamos, vi como se paraba el tiempo, vi como el toreo se convertía en parte mía, sentí como si fuese yo el que se cruzaba ante "arrojado", como le daba esos interminables muletazos, templados, lentos, como mi amigo Vladimiro Delgado (q.e.p.d)  me decía,  pases de oro desde el principio hasta el final, me sentí como debíamos estar todos los taurinos, en una nube, viendo arte en su máxima expresión, dando un Olé sentido a cada pase de eso 72 que fue capaz D. JOSÉ MARÍA MANZANARES.
Creo que la frase que dijo el Maestro Emilio Muñoz, la sentimos todos los que estábamos ante el televisor y por supuesto en la Maestranza. ORGULLOSO DE SER AFICIONADO A LOS TOROS.