D. Miguel con su permiso le voy a contar una pequeña anécdota que me ocurrió hace unos días.
Tengo en la mesita de noche desde hace un par de meses, El diario de un cazador.
Lo compré hace muchos años y desde que lo leí la primera vez, lo he releído muchas veces, encontrándole siempre nuevos detalles y matices sobre la vida de Lorenzo.
Pero no voy a contarle lo que es y ha sido este libro para mí, sino lo que iba a ser este libro:
Tenía concertada para el mes de febrero una cita con su hijo Juan, director del canal Caza y Pesca, debía ser entrevistado en el programa Veda Abierta, pues bien como le iba diciendo estaba este ejemplar de su libro esperando ir conmigo a Madrid, para poder llevárselo a su hijo y que este se lo hiciese llegar para firmarlo. Unos cambios de fechas para la grabación del programa dieron al traste con mi ilusión porque cuatro días antes de ir al programa, tuvo lugar la fatal noticia.
Aprovecho el atrevimiento que he tenido escribiéndole para comentarle que es el UNICO cazador que ha sido reconocido como naturalista, conservacionista o “ecologista” como suelen denominar los urbanitas. Ha dejado claro que se puede ser cazador, en la más difícil definición de la palabra, naturalista y conservacionista.
Estos días TODOS se han hecho eco de su vida y obra, significando que era un CAZADOR, expresión que a muchos nos llena de orgullo, sin tener ninguna connotación peyorativa.
GRACIAS DON MIGUEL como un humilde cazador, como lo podían ser Melecio y sus compañeros de aventuras cinegéticas; creo que si bien no se ha podido hacer todo aquello que deseaba por su perdiz roja, usted si ha hecho mucho por nosotros los cazadores.
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