Pues si es una conclusión a la que es fácil llegar, somos y lo debemos ser, desde el origen de la humanidad que es el mismo que el nacimiento de la caza.
Desde el principio eramos egoistas, respetamos y debemos hacer respetar la naturaleza y recoger o arrabatarle aquello que es posible en su justa medida, como deben hacer los forestales con los arboles o los agricultores con sus cultivos.
Las zonas en las que no hay caza (especies cinegeticas) intentar prepararla para pueda volver a albergarla, en los lugares que por un excesivo crecimiento del monte, una mala gestión, incendios, o cualquier otro caso en el que se ha visto afectado el medio, adecuar este para que allí vuelva a habitar la caza.
Debemos ser Egoistas, debemos intentar todo esto, porque con esta manera de ser conseguimos que el ecosistema funcione: una buena repoblación de conejo o perdices, facilitará la vida a un montón de depredadores medios, a la vez que nos hará disfrutar de los fines de semana en los que podamos ejercer nuestra pasión.
La limpieza del campo baldio, llena de vida una zona deteriorada; una balsa de agua, simplemente aporta vida.
Nosotros los cazadores somos egoistas lo hacemos con un fin: la caza, pero lo justificamos con un medio: la vida, una buena gestión del medio nos lleva a disfrutar cada día de la naturaleza asegurandonos un futuro alagüeño.
Bienvenido el egoismo del cazador.
PD. La foto me la hizo mi amiga ANA SANCHEZ en Tembleque (Toledo). Un abrazo Ana.
Me gustaria hacer una pregunta a todos los cazadores,si estas palabras tan bonitas como sinceras fueran ciertas en todos los cazadores seria magnifico,pero pregunto,si no hubiera un interes propio por el hecho de cazar,de tener piezas que cobrar,este sentimiento seria el mismo?creo que en algunos si,pero en mucho no
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