ELIGE TU LENGUA.

EL HONOR DE LA PIEZA DE CAZA.

Con mi hermano Pau, su primer Venao.

Este domingo cuando llegue a casa, venia de cazar al salto y me dispuse a ojear la prensa antes de comer y una fotografía me llamo la atención, era la portada del Magazine del Mundo: El Sr. Manuel Fraga Iribarne con cinco cabezas de venado.
Yo soy de los que piensan que un cazador debe serlo siempre y honrar a las piezas mientras las caza y cuando las consigue. No puedo soportar las fotografías en las que no se respeta a los animales por los que yo siento tanta admiración.
Cuando he conseguido algún trofeo yo soy el primero que necesito fotografiarme con la pieza, pero mostrándola en el campo donde habitaba y con el máximo de consideración hacía el animal que tanta satisfacción me ha procurado y me va ha seguir dando de por vida. 
Día de caza, día de zorzales.
Me gusta que los cazadores tengamos trofeos, cada uno lo que considere su trofeo: una boca de jabali, unos cuernos de ciervo, gamo, corzo o rebeco, una cabeza naturalizada, o unas plumas de un macho de perdiz, de becada o las de la cola de un anade, la cola de una liebre, o cualquiera que sea el motivo para recordar aquel animal.

Disfruto  viendo  los reportajes de caza en los paises del norte-este de Europa, el aprecio y enaltecimiento que demuestran por las piezas abatidas en las cacerias, tanto si son de menor como de mayor.
Un navajero en Cuenca

Las perdices, mi pasión,
Cuando abato una pieza, desde un zorzal hasta el animal más grande que he tenido la suerte de cazar siempre intento demostrar mis respetos hacia el animal que yace, por esto me cuesta digerir fotografias como las que mostraba el dominical, una alfombra de perdices batiendo el record de no se que, unas cabezas o cualquier imagen con animales amontonados o poco respetados. Los recuerdos en la caza, como en la vida, son importantes, pero la pieza de caza tiene un honor que debemos respetar hasta el final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario