Si se podría definir de alguna manera el comportamiento de este toro, encaste nuñez, sería noble y bravo hasta donde le acompañaron las fuerzas. Con la falta de estas se "rajo" y aquí se acabo la historia.
De entrada acudió a todas las rodadas y quites, un alimón delante del Boti cuesta abajo llevo al morlaco al suelo y se arrastró unos cuantos metros, fue un puyazo muy hondo del que le costo recuperarse. En la plaza continuó entrando a los engaños pero ya mas corto y reservon, el banco fue dos veces al aire.
Con mucho reparo se cogió a los mansos y en el corral se hizo el remolón para entrar.
La noche ya no tuvo noticia, subió rajado hasta el pilo y la salida no dio para más sin fuerza y sin ganas de luchar.
Final de toros con sabor agridulce.
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