Cuando vuelves de Andalucía, llegas cansado, resfriado algunas veces, con un montón de historias que se ha ido almacenando estos días, imágenes que de la retina han pasado a la mente, y que según dicen quedan grabadas para siempre, sensaciones que van marcando tu vida, mi vida.
Buenos charlas con amigos, con gente del mundo del perro, con gente de la caza, con gente rural, porque no hay tiempo para mucho, pero tenemos tiempo para todo. Agradecer al buen trato de los andaluces, desde los guardas de la Monclova: Juan Antonio y Manuel, de la Lantejuela: Jesús, Francisco....de Marchena: cartucho, su buen hacer y su forma de ser. Como no a la gente dedicada a la hostelería...vengo de un pueblo de turismo por y para, y muchos deberían pasar unos días viendo el trato que se debe dispensar al viajero, ah... se me olvidaba el farmacéutico de Fuentes aficionado también a los perros de muestra.
Como si fuese un rapport, he comenzado por los agradecimientos y continuare con la puesta en el terreno, MAGNÍFICOS, por lo menos los que me ha tocado pisar, en Marchena, La Lantejuela, y la Monclova, en Fuentes de Andalucía. Pese a lo complicado de los primeros días con la lluvia y los caminos arcillosos impracticables, buenas densidades de perdiz y excelentes campos de siembras cada uno con sus peculiaridades pero muy homogeneos, fantásticos para poder ver nuestro continentales en acción. El comportamiento de los participantes, esta vez, exquisito, con alguna sombra, que hasta cierto punto es normal, pero con mucha luz, felicitaros a todos eso es ir a competir, eso es ser deportivo, eso es remar todos para el mismo fin que no es otro que nuestros perros.
Permitirme que en mi blog pueda hacer un mención a los extranjeros que nos acompañaron, portugueses, franceses... y el grupo de adiestradores/conductores holandeses que este año no he tenido la oportunidad de juzgarlos, si lo hice años anteriores, es digno de ser mencionado como acuden todos los días a la llamada, preparan sus presentaciones y con el handicap de nuestras perdices, para ellos creo que es más que un handicap, asumen los resultados del día a día con deportividad y fair play.
Mis compañeros de juicios, que decir que no sepamos, agradecer es poco, todos sabemos lo difícil que es estar en todo momento con el ojo avizor para que no se escape detalle e intentar ser lo más ecuánimes posibles, las tertulias de la tarde, después de una buena ducha en espera de la cena, no tienen parangón en el mundo entero.
Voy a finalizar como comenzamos los días bretoneros, con una palabras Honrosas, un silencio, unas palomas blancas al vuelo y un toque de corneta de toda los jueces. Va por mis amigos Marcial y Sicre, otra primavera, otra Andalucía.
En imagenes:
