ELIGE TU LENGUA.

EN EL PALAU DE LA MUSICA

Flamencos en vuelo, una gozada.
Avefria, muy fotogenica.
Avefria en vuelo
Cazar, lo que se entiende normalmente por cazar, no cazare mucho pero disfrutar de la caza, como un gato con dos ratones.
Sigo pasando sueño las noches de luna llena, la pasión, porque es algo más que una afición me lleva al Delta del Ebro a ver como acaba el día y comienza la noche, como si de una  ceremonia mensual se tratase, voy en busca de esa noche tan deseada en la que los patos abandonan sus querencias: el mar, las lagunas, los lugares donde pasan la jornada, y tengan a bien entrar en arrozal en el que yo me encuentro en su espera.
Como decía, esta última luna aparte de ser la más fría que recuerdo desde hace tiempo, se ha llegado a helar el campo inundado en el que cazamos, ha dado paso a lo que allí con el intenso frio y la luna por testigo he podido disfrutar, me he sentido como un director de orquesta: al anochecer empiezan muy finamente las voces de las gaviotas (se están retirando), de golpe como una entrada de percusión aparece reclamo de una bandada de flamencos, haciendo sus incursiones (un tanto anárquicas) las becacinas con sus tipos diferentes de cantos, de pronto un silencio. La llamada del calamon reactiva a la orquesta,  los ánades comienzan reclamando fuerte pasando a ser  después  un cuchicheo de llamada, un graznido fuerte de la garza real que casi me levanta de la butaca, vamos de la banqueta en la que me encuentro, y da paso a otra sesión de flamencos esta vez más fuerte si cabe.
Continua esta sonata o concierto no se, en la que yo estoy de director porque todo acontece a mi alrededor bajo la antenta mirada de esta luna llena.
Pues eso que cazar no se si cazo mucho pero esta luna he estado en el PALAU del Delta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario