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SENTIRSE CAZADOR.

Hay días que quedan en la memoria, como un gran día de caza.
Muchos días pensado que la frase que repite siempre mi compañero de aventuras, José Luis: \"me gusta ir al campo y no cazar nada, ¿y cazar?, bueno eso debe ser la repera\".

Pues llevaba ya cuatro años y se dice pronto, haciendo recechos por las dehesas en busca de poder llegar a una buena distancia de un venado. Muchas mañanas viendo comenzar el día entre carrascas y robles, muchas salidas de sol pensando que debo estar haciendo mal que nunca llego a poder ponerlos en la cruz, muchas mañanas cazando sin finalizar el lance.

Mañanas con frías escarchas, mañanas con lluvia, mañanas con vientos de los que no apetece levantarse de la cama. Muchas mañanas con muchos grados bajo cero, mañanas de caza sin abatir ninguna pieza.

Recechar en terrenos de caza, no en fincas de animales. Intentando llegar de poder a poder a un \"cervus elaphus hispanicus\", como se conoce al ciervo español. Conseguir pasar desapercibido entre jaras y coscojas a su atenta mirada, su delicado oído y fino olfato, no ha sido fácil. Pues a primera hora de la mañana nos hemos encontrado y casi sin darme tiempo a poder apuntar le he disparado. Un salto espectacular y una carrera desenfrenada parecía que iba a ser el final del lance, pues bien no ha sido así el disparo no ha sido todo lo certero que esperaba, y el pisteo al más puro estilo rastreador ha durado muchos minutos, alguna hora diría yo. Cuando al final recostado entre unos chaparros yacía el \"venao\" que cerraba el lance que todo cazador espera y desea. Pues si amigo José Luis, ir al campo y cazar debe ser, lo es, la repera.


2 comentarios:

  1. Enhorabuena!!
    Aunque ya escuché la narración de boca del emocionado cazador, es interesante leer e intentar entender lo que siente un aficionado a la caza. Anque siempre lo he tenido en casa, tengo que reconocer que mi única pasión por la caza han sido los perros, pero aún así hay que saber que no se trata de un simple "matar por matar", es algo que se lleva dentro. Cuando escuchas a un cazador "de los de toda la vida" hablar de un día en el monte, con caza o sin ella, te das cuenta de que es algo más, es un sentimiento, y, por más que lo intentes, no lo puedes entender si no sientes la pasión por la caza. Así que mi enhorabuena no es solo por la pieza abatida, es por la emoción, por la espera, por el rastreo... por la caza.
    Vero

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  2. Gracies Vero, jo se que tu comprens les sensasions.

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